sábado, 26 de mayo de 2012

22 de mayo de 2012. Cuestión de gustos.

El martes 22 de mayo concursaron dos violinistas orientales con repertorio semejante. Dos sonatas Nº 3 de Brahms, un concierto de Sibelius y uno de Paganini.

Desde luego el programa parece atractivo, el problema a la hora de valorarlo es que a lo largo de esta final habré escuchado cuatro conciertos de Sibelius (otros tantos Tchaikovsky...) y la percepción se distorsiona hasta el hastío.
Pensábamos que la última ronda sería distinta a ese respecto, ¿eh? Pues no.

Que decir de Hyun Su Shin... Revisando las notas de la primera ronda, recuerdo buenas impresiones. Recuerdo un Bach solido -quizá demasiado-, recuerdo esa constante manía de hacer portamento cada vez que hay una frase ligada, recuerdo un vestido de un rojo muy llamativo, recuerdo que le otorgamos el sello de calidad "petado 2012" a la excelencia virtuosística por Paganini...

He de decir que no es de las que más me han gustado. Ni si quiera he podido auto convencerme a través de la entrevista, porque ella habla en coreano y lo traducen al flamenco así que no me entero de nada.

Su vibrato y en general su estructura sonora me gusta pero sin entusiasmarme. En ese sentido es muy oriental. Todo en su sitio. Por otra parte, para movimientos lentos tengo la sensación de que no deja respirar la música y me causa un poco de ansiedad.

http://www.cmireb.be/cgi?usr=e36cmsf6uq&lg=en&pag=1954&tab=146&rec=13177&frm=0&par=secorig1648&id=5441&flux=48601385


Aunque he tenido la oportunidad de ojear la partitura de la obra obligatoria no he sacado gran cosa en claro. Un par de conclusiones: la dificultad técnica es ridículamente alta y ésto impide que realmente todo esté en sus sitio PERO dudo mucho que el resultado final cambiase si ésto fuese así.
Podéis imaginaros el tipo de obra, tempos irregulares y continuamente cambiantes, estructuras rítmicas que no encajan, recursos sonoros no muy violinísticos... en fin, todo un despliegue de mala leche que se tienen que comer en una semana y es cierto que al final es interesante ver el enfoque que cada uno le da no a la obra, que personalmente no la entiendo, si no más bien a como abordarla.

En ese sentido Tatsuki Narita creo que fue el primer candidato al que le oí un porcentaje de notas más que aceptable. Tampoco es que fuera un porcentaje altísimo, pero se debe en parte a que la obra tiene una orquestación INMENSA y el violín toca continuamente en registros intermedios así que os podéis imaginar lo que se oye.

Narita comenzó con la No 3 de Brahms, muy bien estructurada. Tiene un sonido bonito y redondo y lo explota. Sabe construir bien las frases y lo explota. No obstante, donde realmente sacó la artillería pesada fue en el concierto No 1 de Paganini.

¡Y vaya artilleria! ¡Se quedaría a gusto el hombre!
La verdad es que nunca había escuchado un Paganini en directo de esa calidad. Impresiona mucho. Mención especial a la cadencia que parecen los siete círculos del infierno en 4 minutos. Un sin vivir que le dirían.

http://www.cmireb.be/cgi?usr=e36cmsf6uq&lg=en&pag=1954&tab=146&rec=13178&frm=0&par=secorig1648&id=5442&flux=48601385

Su actitud al salir del escenario totalmente serena. Muy oriental es cierto. Tampoco nos enteramos de nada, porque a pesar de que habla francés perfectamente, le sacan un traductor para que pueda hablar en japones, aunque en este caso si que merece la pena echarle un vistazo y sacar conclusiones de su "estado de ánimo" a través de los gestos.

http://www.cobra.be/cm/cobra/cobra-mediaplayer

Aviso para navegantes, los links que van a la página Cobra.es, no os llevan al vídeo directamente porque es un formato que lo impide. Para poder llegar a los vídeos en concreto, os tenéis que fijar en la barra lateral en la que pone Finale. Ahí están divididos en bloques por candidatos, encabezando el bloque desde abajo los "retratos" de los concursantes y terminando por las entrevistas a pie de escena.

Espero que no tengáis problemas para encontrar los videos pertinentes mientras encuentro yo la manera de poder descargarlos.

Disfrutad de Narita, que aunque no me entusiasme si que me exalto.

Cuestión de gusto supongo.

viernes, 25 de mayo de 2012

21 de mayo de 2012. Cuestión de personalidad

Mucho trabajo acumulado. Muchas impresiones y mucho material audiovisual.

Esta tercera y última ronda, la que más expectativa genera, se compone tres partes. Cada sesión, tocarán dos candidatos que tendrán que interpretar una sonata para piano y violín (por aquello de no ningunear el repertorio camerístico), una obra impuesta y compuesta expresamente para la ocasión -habrá foro para hablar de ella sin restricciones- y un concierto para violín y orquesta a elección del candidato.
Tres partes bien diferenciadas para llevarnos una última impresión antes del veredicto final.

Los candidatos finalistas, por orden de actuación, entran en la Chapelle Musicale (algo así como la escuela Reina Sofía pero a la belga y que guarda lazos íntimos con el concurso), un recinto aislado en medio del campo, donde vivirán completamente aislados del mundo exterior durante una semana -la pasada en concreto aunque no para todos- tiempo en el que se prepararán ésta obra inédita.

El interés de ésta prueba radica ,como os habréis imaginado, en observar la capacidad de trabajo bajo presión, la capacidad de asimilación, compresión y un largo etcétera que cada cual puede rellenar a gusto.

Cabe destacar que históricamente ésta prueba ha tenido importancia trascendental ya que en la era dorada del violín -hablando siempre del s.XX- grandes compositores como Darius Milhaud se sirvieron de esta plataforma para dar a conocer sus obras y legarnos grandes conciertos.


Tratándose de la última ronda, la cantidad de material audiovisual es importante.
Por un lado tenemos los videos de los conciertos en sí. Por otro lado, tenemos un retrato de cada candidato y por último, una entrevista a pie de escenario que también tiene interés desde el punto de vista personal.

Me voy a limitar a acercaros los videos y mis impresiones.

He aquí la final de Josef Spacek.

http://www.cmireb.be/cgi?usr=q2kx2kytke&lg=en&pag=1954&tab=146&rec=13171&frm=0&par=secorig1648&id=5512&flux=44276506

Y he aquí sus impresiones.

http://www.cobra.be/cm/cobra/cobra-mediaplayer

Personalmente no es de los que mas he disfrutado, pero también cuenta que no pude cambiarme de sitio y que la entrada que nos vendieron no debería sacarse a la venta.
Un sitio en un teatro desde el que puedes hablar perfectamente con un tono de voz normal sin molestar al resto no debería considerarse una plaza...

Por otro lado Ermir. No es perfecto desde luego. No es tampoco muy especial. Pero es una persona normal que confía en su trabajo o al menos eso nos deja entrever.
Eso ha condicionado mi visión sobre lo que ofrece, y menos mal! No me refiero a que tocara mejor o peor sino a que menos mal que podemos conocer un poco mas de el. Menos mal que la personalidad no se reduce a lo que muestras en la escena.
Por eso me gusta.

http://www.cmireb.be/cgi?usr=q2kx2kytke&lg=en&pag=1954&tab=146&rec=13173&frm=0&par=secorig1648&id=5514&flux=44276506

Y aquí sus impresiones cerveza en mano.

http://www.cobra.be/cm/cobra/cobra-mediaplayer

Un gran tipo. Cuestión de personalidades supongo.

martes, 22 de mayo de 2012

Avance!

Mientras termino de editar la performance de ayer, os adelanto un par de entrevistas:

Ermir, flemático como siempre, está empezando a caerme bien.

http://www.cobra.be/cm/cobra/cobra-mediaplayer


Josef tiene una sonrisa un tanto perturbadora, pero toco igualmente bien.

http://www.cobra.be/cm/cobra/cobra-mediaplayer

Hasta pronto!

lunes, 21 de mayo de 2012

Extra extra!

Cobra.be nos ofrecerá a partir de hoy un par de entrevistas por día de los concursantes que tengan que tocar.

Josef Spacek al que se le ve muy seguro de si mismo.

http://www.cobra.be/cm/cobra/cobra-mediaplayer

Ermir Abeshi que muestra una cara que me es más cercana que la del resto. Amable.

http://www.cobra.be/cm/cobra/cobra-mediaplayer

Muy interesante esta iniciativa.

11 y 12 de mayo de 2012. Sesiones finales y decisión del jurado.

Tras una pausa forzosa retomo la actividad con las dos últimas sesiones de las semifinales resumidas en una entrada ya que esta tarde comienza la final con los dos primeros conciertos.

Para mi, la indiferencia ante gran parte de los concursantes de los dos días se vio eclipsada por el recital de Andrey Baranov.

http://www.cmireb.be/cgi?usr=gcq8auygsq&lg=en&pag=1954&tab=146&rec=13021&frm=0&par=secorig1648&id=5551&flux=23089433

Desde la misma entrada en el escenario pude apreciar como su actitud ante el público no era la de un violinista que concursa sino la de un músico que ofrece un recital, tal era su seguridad.
Es cierto que no arriesga con el repertorio, ofreciéndonos dos piezas de Tchaikovsky que borda y una polonesa brillante de Wienawsky que podemos encuadrar en el mismo estilo -amén de las dos obras obligadas-.
No arriesga insisto pero en su caso es una baza a favor. Se trata de un gran músico, experimentado (si nos damos un paseo por su pagina web lo comprobamos en seguida: http://www.andrey-baranov.com/)
y con herramientas necesarias para abarcar otro repertorio como demostró en las eliminatorias, pero que es en el que ha elegido en el que más brilla y con el que sabe desplegar su paleta de colores.

Ya digo desde ésta tribuna que es mi favorito sin ninguna duda y que a pesar de ciertas decisiones del jurado que ahora os detallo, espero realmente que el Shostakovich de la final le de la victoria.


El mismo día 11, apenas unas horas antes Ermir Abeshi hacía su prestation como aquí le dicen (aun me pregunto por que) con un Mozart más en su misma linea.

Los recitales de esa sesión, si bien aun no había tocado Andrey -y precisamente porque lo esperaba con impaciencia- quedaron eclipsados.
Richard Lin, con unas piezas un tanto opacas -por usar un término que sin ser despectivo si describa su estilo- como una Suite de Sinding que no conocía, o la meditation de Glazunov. Obras ya digo que no te permiten desplegar una gran gama de recursos musicales. Aun así, se agradece escuchar algo distinto y que no se conozca.


http://www.cmireb.be/cgi?usr=gcq8auygsq&lg=en&pag=1954&tab=146&rec=13002&frm=0&par=secorig1648&id=5550&flux=23234781

Valentina Sviatlovskaya de la que hemos sabido recientemente que es la mujer de Liviu Prunaru, segundo premio reina elisabeth hará unos años ya, y actual concertino de la Royal Concertgebouw (para saciar a los mas cotillas), tampoco me sorprendió con un recital correcto pero sin chispa. El clasicismo dentro del clasicismo lo que es demasiado para mi.


Con respecto a los recitales del viernes me llaman la atención los dos concursantes más jóvenes de esta segunda fase.
Esther Yoo y Yu-Chien Tseng. Hemos hablado ya bastante de estos dos chicos y es que no es fácil formarte una opinión cuando demuestran semejantes dotes a tan temprana edad.

Yo me muestro bastante categórico al respecto: me parecen un coñazo. Normal, con 16 no puedes ofrecer mucho más que una versión perfectamente estructurada y aprendida. La pena de todo esto es que por muy impresionado que se quedara el jurado, no tienen la personalidad hecha aun para poder ganar a los pesos pesados de la final y como quedaron laureados, no podrán volver a presentarse. Una muy mala decisión en la gestión de su carrera.

Para los que lo quieran curiosear, aquí están. Las dos proposiciones de recital eran prácticamente idénticas y acabaron tocando casi lo mismo.

http://www.cmireb.be/cgi?usr=gcq8auygsq&lg=en&pag=1954&tab=146&rec=13037&frm=0&par=secorig1648&id=5558&flux=23328142


http://www.cmireb.be/cgi?usr=gcq8auygsq&lg=en&pag=1954&tab=146&rec=12935&frm=0&par=secorig1648&id=5564&flux=23330762


A uno siempre se le queda la impresión -vale, es subjetiva- de que los que tocan los últimos quedan más grabados en la memoria. Y es cierto que en las dos ediciones del concurso a las que he podido asistir han pasado más concursantes de la última sesión que de otras. La trampa está, si os fijáis, en que como los conciertos y recitales se alternan por pares (de concursantes) varios de los que en el siguiente enlace veréis como finalistas del martes y del miércoles también tocaron el viernes y el sábado (el Mozart, claro):


http://www.cmireb.be/cgi?usr=mqe8828p4q&lg=en&pag=1692&tab=87&rec=7&frm=0&par=secorig1677&id=5097&flux=23376812

¿Coincidencia?

sábado, 12 de mayo de 2012

10 de mayo de 2012. Una sesión de indiferencia.

La saturación empieza a hacer mella en mi capacidad de análisis.
Se está empezando a dar demasiado la situación de que al salir de alguna parte de una sesión, realmente no se que pensar.
Por supuesto todo influye y es que parece que el filtro por el que pasan las interpretaciones y que luego elabora las opiniones cada vez se vuelva mas rudo.
La verdad es que no se si es un aspecto positivo o no, pero cada vez que sale un concursante, independientemente de lo que hiciese hace una semana (parece un mes!) dicta su propia sentencia en apenas unos compases.
Pocos son los que pasan este filtro.

Sin mas os dejo el que más me gustó de todos. Y en Mozart curiosamente, con sus propias cadencias. Ya os he hablado de el: Erzhan Kulibaev. Tiene mucho gusto por el detalle y se nota en su interpretación.


http://www.cmireb.be/cgi?usr=byqwq6gkk8&lg=en&pag=1954&tab=146&rec=12965&frm=0&par=secorig1648&id=5521&flux=2098835



Nikki Chooi, del que decía que me parecía un firme candidato a laureado finalista -y sigo ratificando esta opinion- hizo un recital para mi gusto bastante estándar, pero desde luego con mucha calidad interpretativa.



http://www.cmireb.be/cgi?usr=byqwq6gkk8&lg=en&pag=1954&tab=146&rec=12971&frm=0&par=secorig1648&id=5518&flux=2098835



Por si alguien quiere curiosearlos, el Mozart de Cho Jinjoo no estuvo mal, ni el recital de Peter Ivonenn, pero desde luego no me llamaron la atención desde casi ningún punto de vista.

http://www.cmireb.be/cgi?usr=byqwq6gkk8&lg=en&pag=1954&tab=146&rec=12957&frm=0&par=secorig1648&id=5522&flux=2121497

http://www.cmireb.be/cgi?usr=byqwq6gkk8&lg=en&pag=1954&tab=146&rec=12960&frm=0&par=secorig1648&id=5516&flux=2121497

Hoy, los recitales de ayer, entre los que desde luego cabe destacar para mi un ganador: Andrey Baranov

viernes, 11 de mayo de 2012

9 de mayo de 2012. Arte y Artesania


Es complicado encontrar tu sitio en un entorno masificado. Es difícil sentirte parte de una comunidad tan heterogénea en sus gustos y concepciones como hemos visto hasta ahora.

La única herramienta que me ha guiado de manera efectiva hasta ahora, es la confrontación entre arte y artesanía.
Sé que muchas personas no comulgarán con una visión tan limitante de lo que hacemos. En mi caso me ayuda a encontrar un lugar y un camino.

Me explico. El verdadero arte está en la comunicación a través de la creación. Así, los compositores, aquellos que han trascendido  y han formado parte de la historia de la música son los que han gozado de la capacidad de abstracción necesaria para plasmar en papel ideas, sentimientos y planteamientos.

Y digo plasmar en papel porque aunque la mayoría tocasen el piano, violín, dirigiesen orquestas, etc. de lo que se trata en ultimo termino es de plasmar las ideas en un papel que los músicos tendrán que descifrar para luego interpretar (en sentido literal de la palabra).

El verdadero arte está en los compositores. Los músicos somos meros artesanos que como relojeros trabajamos en el engranaje sonoro que hace que la obra funcione desde un punto de vista fenomenológico. Investigamos diferentes maneras de expresar una idea que YA está desarrollada, pero que precisa de nuestra capacidad técnica para vivir el momento que le toca vivir. Los instantes más bien.

En parte esto es lo que lo transforma en una actividad tan subjetiva, pero mirado desde el punto de vista de la era moderna que nos ha tocado vivir prefiero que siga siendo así de subjetivo antes que tener  que recurrir a grabaciones como si de testigos judiciales se tratase: “No ha tocado bien, aquí está la prueba”.

Es por eso que si me aproximo a mi labor desde este punto de vista, desprovisto de las patinas de barniz de las que un artista se viste, seré capaz de ejecutar mi cometido sin prejuicios, atendiendo únicamente a lo que el compositor quiso decir o lo que yo entiendo por esto.

Kristi Gjezi en este caso y empezando por el final de la jornada, cometió el error de pensar que detrás de esa labor de la que hablo no hay nada más. Su ejecución es preocupante porque no solo muestra cualidades técnicas de sobra sino que su actitud impasible le valió en este caso un aplauso más bien de compromiso.
Personalmente me aburrió muchísimo a la vez que me parecía impactante.
Creo que es un firme candidato a laureado finalista.




De Maria Milstein y continuando por el final cabe destacar un recital bien elegido, con obras REALMENTE contrastantes (no como tocar Ysaÿe, Chausson y Szimanowsky por ejemplo), entre ellas el Subito de Lutoslawki y la Sonata Noº 3 de Grieg. Un accidente en el final de la obra impuesta de Kissine mermó su templanza pero supo mantener el recital sin sobre reaccionar.




De Yu-Chien Tseng para el que lo quiera curiosear destaco -hablando de Mozart- la cadencia que utilizó para unir el Adagio inicial con el Allegro de concierto Noº 5 de Mozart.




Continuando por la sesión de la tarde, había dos recitales bastante esperados. Por una parte Mark Bouchkov, y por otra Narita Tatsuki.

Mark elaboró un recital con obras muy de su estilo pero poco contrastantes. Bajo el estandarte del lirismo francés de finales del siglo XIX se puede encuadrar su estilo que tiene toques de las escuelas francobelga y rusa.
Sin embargo su actuación no cumplió mis espectativas. Si ya en el Schumann de la primera ronda alcancé a ver ciertas trazas de la expresividad de violinistas como Christian Ferras, en esta segunda ronda y además con una obra tan oportuna como el poéme, esperaba que se convirtiesen en pinceladas que definiesen mucho mas su estilo.
Por el contrario resultó bastante estándar, sin arriesgar demasiado. No cuestiono esa decisión, pero me quedo con ganas de oír lo que creo que este hombre nos puede ofrecer y nos ofrecerá si de alguna manera consigue abrirse paso.




Narita por otra parte siguió en su linea de calidad sin excesos. Su recital tampoco fue contrastante ni en estilo ni en ideas, pero fue bonito.





Cabe insistir en que aunque ahora podamos disfrutar de los vídeos, en escena se vive de manera muy distinta y es donde se aprecia la calidad de los instrumentos y sus diferencias.

Continuando

jueves, 10 de mayo de 2012

8 de mayo de 2012. Recitales, por fin en video!


En nuestra generación y sobre todo la gran mayoría de los que estáis siguiendo el blog somos músicos de profesión y como tal nuestra percepción no sólo varía en el campo de lo musical sino también en el de lo emocional.

¿Por qué comentar esta perogrullada?

Bueno, todo viene a raíz del comentario de Alfonso ¿o debería decir Perri el Sucio? (bonito mote por cierto) que alude a un tema candente.

Si bien hace un par de días me permitía la licencia de cuestionar  las decisiones de un jurado estancado en gustos inamovibles, “oficiales” como decía aquél (aunque no comparta el significado del termino desde un punto de vista práctico) distanciándose de el objetivo que Ysaÿe nos propuso, hoy reflexiono en portada sobre lo que comenta Alfonso, y es que ya sea causa o consecuencia, la gran mayoría de concursantes han respondido a este modelo presentando un arquetipo violinístico.

Desde mi experiencia y la de muchos de los músicos que me rodean cada vez que emitimos un juicio o valoración recurrimos siempre a determinados puntos en común: la confrontación entre lo tangible y lo intangible, la percepción de la interpretación en el terreno de lo personal, etc. pero sin llegar a ponernos de acuerdo en convenciones sobre los criterios a seguir .

En muchos casos me recuerda a la clásica discusión “de usuario” a la salida del cine:

- “Desde luego, Kate está irreconocible en este papel”
- “Pues a mi no me ha convencido nada, no me he creído nada del papel”

Y el debate termina aquí porque nadie tiene argumentos de peso que aporten un poco de luz, porque nadie puede determinar qué es creérselo y que no, porque entra dentro del ámbito de lo subjetivo.

Del mismo modo ocurre con una interpretación violinística en la que parece ocurrir que hasta los rasgos más objetivos adquieren un cariz subjetivo que es lo que para mi hace tan compleja la labor de jurado.

Nunca nos ponemos de acuerdo.

Con todo y con eso, tenemos que atender al propósito principal del concurso para entender que el cambio del que hablamos se ha producido a muchos niveles, no sólo en la relación jurado/concursante.
Y es que el concurso además de acerditarte el reconocimiento internacional , te proporciona una vida. Una vida para la que no sólo tienes que demostrar entereza y nivel sino que tienes que estar dispuesto a aceptar.

Una vida de conciertos, aeropuertos, grabaciones, entrevistas, masterclass, más conciertos, más entrevistas… y poco tiempo para la evolución personal, así que es normal que nos planteemos la cuestión a la que alude Alfonso, ¿Qué me va a aportar determinado violinista si conozco su trasfondo y sé que no tiene vida personal? ¿Estoy dispuesto a pagar cincuenta euros por escucharle? ¿Y dentro de diez años?

Aun así al final siempre sobresalen ciertas personalidades (más que ciertas personas) lo que nos demuestra los hay  que no es que estén dispuestos a llevar esta vida, sino que la llevan desde hace años. Y con una facilidad pasmosa.

Bien es cierto que puedo llegar a entender la dinámica que requiere este tipo de actividades, hasta cierto punto llevamos una vida parecida aunque luchemos por un trabajo en vez del éxito y el glamour de los grandes auditorios, pero realmente es otro nivel de sacrificio.


Dije que no iba a comentar ningún Mozart a no ser que me llamase la atención. Éste es el caso de Andrey Baranov.  No puedo dejar de comentar que por encima de cuestiones estéticas valoro la coherencia interpretativa de este hombre. Lo dije y lo ratifico, cada vez que le veo no puedo imaginar otra manera de tocar para el. No importa lo que haga, consigue imprimarle una capa de personalidad impermeable a prueba de críticas.
Me encanta. Y no me gustaría tocar como el, pero me encanta.




La tarde continuó con dos recitales que la verdad no me llamaron la atención si bien uno de ellos merece la pena comentarlo.
El primero del albanés Ermir Abeshi, que hace gala de una tranquilidad que roza la apatía. Me gusta la ejecución de su técnica en acordes pero no encuentro una lógica armónica en sus decisiones a la hora de frasear. El  poéme de Chausson acusó su carencia de legato que de igual manera  jugó en su contra en el paganini (I palpiti) restándole parte del lirismo necesario para una obra tan ligada al belcanto italiano en la que parece que sufrió un poco. Por el contrario el caprice de Kissine me pareció de las mejores versiones hasta el momento al menos así me lo hizo entender.




La noche comenzó con el Mozart de Baranov que ya he comentado y el de una coreana que no comentaré, para terminar con dos recitales honestamente impactantes.
El primero, del alemán Stefan Tarara. Esta especie de nibelungo afrancesado de sonrisa perenne optó por un recital de violín solo -supongo que en parte para evitar problemas- con dos de las obras mas complejas del repertorio del violín: Sonata para violín solo  de Bartok y Nel corpiu non mi sento de Paganini. En este caso se nota que tiene el culo pelado de hacer concursos, porque se ventiló el recital con la efectividad de la costumbre.
Bartok me gustó bastante. Ysaÿe también, con mucho detalle. Kissine un poco más guarreado.





Del recital de Hyun Su Shin me gustaría destacar el poéme –la misma obra que antes- en la que si consiguió crear momentos mágicos y del que me gustó mucho la claridad de los trinos de la última página. Merece la pena verlo hasta el final.




Ahora que ya están todos los videos en la página oficial del concurso, he actualizado la anterior entrada para que podamos ir familiarizándonos con los rostros.
¡Así se disfruta con mucho más sentido sin duda!


Prometí no hablar sobre Moz

martes, 8 de mayo de 2012

7 de mayo de 2012. Primera ronda de semifinales

Ayer empezó la ronda de semifinales con la primera doble sesión de participantes que sigue el mismo horario que la semana pasada.
Dos sesiones -de 15:00 a 18:00 y de 20:00 a 23:00 aproximadamente- en las que cuatro concursantes por sesión alternarán los conciertos de Mozart con los recitales.

Los conciertos se interpretan con orquesta y se hacen en el primer pase de cada sesión. Tras la pausa intermedia y los arreglos pertinentes en el escenario otros dos concursantes -siempre distintos- ofrecen un recital con piano en el que amén de dos obras obligadas deben presentar dos propuestas de dos obras distintas cada una eligiendo el jurado entre una de las dos.

Las obras obligadas son la sonata para violín de Ysaÿe en re menor, Op. 27, Nº 3 y una obra inédita de Victor Kissine llamado simplemente Caprice. 

Éste compositor ruso de nacimiento y residente en Bélgica donde enseña instrumentación y análisis musical tiene obras realmente interesantes, sin embargo éste Caprice parece ser de nuevo una colección de efectos sonoros sin estructura aparente.
Aunque en este caso los efectos son más ingeniosos que en otras ocasiones lo que a través de su escucha repetida cristaliza en cierto gusto por la obra (¿habla ésto en su favor o en su contra?).

Sinceramente y aunque no me corresponde valorarlo, no entiendo la inclusión de Mozart en esta ronda, menos aún si atendemos a los gustos inamovibles del jurado.
Evidentemente nadie va a arriesgar más allá de presentar una u otra cadencia o llevarlas compuestas.

Ésto presenta un panorama desolador: 24 conciertos de Mozart en los que encontraremos más similitudes que diferencias. Es por esto que realmente no entiendo que busca el jurado. A partir de ahora sólo reseñaré el Mozart que por alguna razón me impacte.

Afortunadamente los recitales sazonarán un poco la tarde y es que es aquí donde la gran mayoría hace gala de sus mejores dotes. Veremos recitales equilibrados, recitales basados en el virtuosismo, en la musicalidad, etc.

El primero que merece la pena reseñar es el del checo Josef Spacek.
A parte de las obras obligadas, interpretó una obra de Smetana llamada Z domoviny. Una pequeño dúo para violín y piano que en palabras del propio compositor: "está escrita en un estilo simple, con la perspectiva de ser interpretado en casa más que en conciertos. Destilan un carácter verdaderamente nacional pero con mis propias melodias."
La obra es tal cual la describe Smetana. Lírica, sosa sin más. Muy llevadera que le dirían.
La otra obra es la Tzigane de Maurice Ravel.
Su interpretación de ésta y la sonata de Ysaÿe no resultaron muy interesantes, si bien me impactó su grado de compromiso y entrega. En éste punto resulta hipnótico.


http://www.cmireb.be/cgi?usr=t6r8x6e4mz&lg=en&pag=1954&tab=146&rec=12862&frm=0&par=secorig1648&id=5424&flux=588870


El recital de Cho Jinjoo no me llamó la atención especialmente, pero siempre queda reseñarlo porque es interesante escuchar otra versión del carmen de Waxman.


http://www.cmireb.be/cgi?usr=t6r8x6e4mz&lg=en&pag=1954&tab=146&rec=12864&frm=0&par=secorig1648&id=5426&flux=588870


Erzhan Kulibaev de kazakhstan interpreta un caprice un tanto inseguro con respecto a los anteriores (aún no hemos escuchado suficientes). En la sonata del trino del diablo de Tartini -una de sus elecciones- desplegó un abanico de colores sonoros para culminar con Nigun de E. Bloch. Es cierto que es una obra tremendamente expresiva y muy dramática, pero mi impresión en directo fue la de que nunca había oído un Nigun con tanta libertad en el fraseo y con una estructura tan buena. La última obra elegida es La ronde des lutins de Bazzini en la que se despeina sacrificando precisión por entretenimiento. Y ésta es su mejor baza porque es muy divertido.


http://www.cmireb.be/cgi?usr=t6r8x6e4mz&lg=en&pag=1954&tab=146&rec=12871&frm=0&par=secorig1648&id=5424&flux=588870


El recital de Cho Gayun (el último de la tarde) fue realmente aburrido. Nada que interese aquí. La reseña de hoy -que llegará entre esta noche y mañana- puede darnos alguna sorpresa con respecto a Mozart.
Se pone más interesante.


lunes, 7 de mayo de 2012

5 de mayo de 2012. En el fondo es un concurso muy conservador


No se puede entender éste concurso sin echar una ojeada a la figura de Ysaÿe. No tengo intención de entrar en detalle ya que tengo pendiente una entrada sobre la historia del concurso, pero sí que quiero dar ciertas pinceladas al respecto.

Dice Harnoncourt (uno de los pioneros en materia de investigación en la interpretación de música antigua) en su discurso sonoro que la revolución francesa contribuyó a la democratización de la música a través de la creación de una red pública de escuelas en las que se enseña la “música oficial” o al menos su manera de entenderla –lo que hoy conocemos como conservatorios- tanto como a su homogeneización,  causa lógica de ésta nueva estructura pedagógica.

Él entiende esta nueva estructura como un punto de inflexión en la historia de la música a partir del cual el nivel técnico y la brillantez interpretativa se van separando paulatinamente concentrándose el primero en los recién creados conservatorios y refugiándose la segunda en la tradición pedagógica maestro-discípulo.

En la actualidad hemos reflexionado incontables veces a cerca del nivel medio instrumental, que es muy superior que hace cien años, pero también hemos reflexionado sobre la carencia de figuras históricas que influyan en la historia del propio instrumento.

Las causas desde luego son numerosas y yo tengo mis propias teorías (porque no).

Eugene Ysaÿe, uno de estos violinistas legendarios de los hablamos, tras años de labor pedagógica concluyó que era necesario desarrollar  una actividad que sirviese  de escenario para que jóvenes músicos pudiesen desarrollarse al margen de lo que el consideraba una “educación alienante y carente de creatividad”.

Es de ésta manera que nace el concurso –primero llamado Eugene Ysaÿe para después de la guerra adquirir el nombre de la reina, principal promotora del mismo-.
Y lo que es más importante: es bajo este lema que nace el concurso.

Sirva toda esta introducción para contextualizar mi descontento con la decisión del jurado y para razonarla en sus propios términos.

Por una parte se quedan fuera violinistas que tuvieron la personalidad  de desafiar paradigmas de la dinámica de éste concurso como Sergey Malov demostrando que por mucho que cambien modas o que los gustos evolucionen, hay feudos intraspasables.

Interpretaciones no sólo de nivel sino también creativas como las del griego Selalmanzidis o las del argentino Inchausti tampoco parecieron agradar a sus excelentísim@s.

Por otra parte, sin embargo, parecen más que dispuestos a premiar la TOTAL ausencia de imaginación de Kim Bomsori (“suspiros” para entendernos) o la neutralidad escalofriante de la rusa Maria Milstein.

Uno se resiste a pensar que el criterio dominante ejerza su poder, pero es que parece que no estén dispuestos a transigir con según que “atrevimientos”. Parece que les duela en el orgullo que violinistas con personalidad brillen más que los propios jueces.

¿Resultado? El propósito inicial de Ysaÿe se ve entrampado en los mismos conceptos de los que quería huir.

Sinceramente me gustaría de alguna manera hacer llegar esta reflexión al jurado. Todo se andará. A fin de cuentas no tengo nada que perder.


Para la lista de semifinalistas, el orden y el repertorio esta noche escribiré una entrada especial.


Respecto a los candidatos, he de reconocer que la ausencia de favoritos y la proximidad de la decisión sobre los veinticuatro semifinalistas condicionaron mi ya mermada capacidad de atención.
Aun así, no me quiero dejar sin reseñar a dos concursantes que merecen todo mi respeto (de la misma manera que el resto por supuesto):

Artiom Shishkov. Bieloruso de 28 años. Además de tener un sonido bellísimo, la afinación potenciaba su proyección ofreciendo un resultado totalmente armónico. También demostró coherencia en la elección de los tempos así como una limpieza extraordinaria en Paganini (el 24), si bien no resulto tan virtuoso como el resto.



Tseng Yu-Chien que con tan sólo 17 años demostró una entereza y un bien hacer dignos del violinista más formado. La verdad es que no me entusiasmó pero es reseñable sin duda




Esta noche empezamos con las semifinales que prometen un poco más de emoción. Aunque ahora si que me faltan favoritos. 

sábado, 5 de mayo de 2012

4 de mayo de 2012. Contradicciones en la interpretación.


Poco a poco le voy ganando tiempo al tiempo y me voy poniendo al día. Esta tarde termina la fase eliminatoria del concurso y por fin sabremos la lista de semifinalistas. Esta tarde pongo a prueba mi criterio y estoy preparado para un tirón de orejas por haberme saltado arbitrariamente violinistas que el jurado considera válidos.

En todo caso es hora de reportar la sesión de ayer, día 4 que no estuvo exenta de momentos interesantes.

Y es que una vez pasados los efectos  psicotrópicos de la sobresaturación de concursantes, la consabida consonancia queda en segundo plano poniéndose de relieve ciertas contradicciones en la interpretación.

Si entendemos la música como un lenguaje en seguida concluiremos que independientemente del instrumento que se utilice el fin último es la comunicación. Es en la propia trasmisión del mensaje (insisto, se utilice el instrumento que se utilice) donde surgen no solo contradicciones sino también confrontación de criterios.

La primera y más evidente nace entre el significado del mensaje que se emite y la percepción de los detalles que se reciben,  ambas –significado y percepción – subyugadas por variables inevitables  como el estado anímico ó condición física. Variables mundanas sin duda y es que la música no está exenta de limitaciones cotidianas. No en vano está hecha, interpretada y disfrutada por seres humanos. Es por esto que como punto de encuentro, el músico siempre recurre al símil tangible para describir recursos intangibles –tales como las propiedades del sonido-.

Esto abre una puerta al debate a mi entender mas importante y trascendental al que nos enfrentamos los músicos de hoy en día y es la creciente brecha entre músico y público. No corresponde ahora ponernos a debatir, la urgencia de la decisión  del tribunal de esta tarde me insta a terminar esta entrada, pero se queda en el tintero.

Es bajo esta premisa –significado y percepción- que no me puedo quedar con ningún concursante de ayer en su totalidad pero si de manera más humana, aceptando las contradicciones.

El primero y más impresionante de todos que me gustaría reseñar es el ruso Andrey Baranov. Este joven de 26 años, es la viva imagen de las escuela rusa de los años 50. Más allá, es la viva imagen de David Oistrakh. Su técnica habla por el: no hay punto de contacto y basa su producción de sonido en la velocidad. Esto aporta una gama de colores inmensa y al haber empezado  por Schumann, pudo desplegar sus recursos como un pavo real y realmente fue un Shcumann MUY superior a la media. Mucho. El mejor.
Sin embargo, Bach siempre pone a pruebas los limites de nuestra técnica y aunque se hizo notar (Bach, el puñetero) en los acordes y en su ejecución, menos limpia, partiéndolos cada vez que quiere entereza en el sonido, este hombre es un violinista inteligentísimo por encima de todo y supo perfectamente enmascarar sus deficiencias escogiendo tempos hábiles y utilizándolos en su favor.



La segunda violinista que quiero reseñar es la letona Laura Zarina. Esta joven de ademanes principescos hace honor a su nombre. Todo en ella acompaña unas maneras reales. Sonido con múltiples colores, coherencia corporal y aunque sacó un sonido relativamente pequeño supo mostrarlo con profesionalidad. Por contrapartida tampoco demostró un punto de contacto estable, perdiendo la solidez hacia la punta momento en que hacia un gesto que parece “aprendido”.




Por último Julien Szulman ofreció una interpretación muy a la francesa, con maneras delicadas pero presuntuosas (sin ánimo de herir sensibilidades).
Supo explotar sus recursos técnicos en Paganini y aunque pude entender su fraseo musical en general, a ratos me pareció demasiado irregular.
A nivel de afinación fue muy pulcro, intercalando afinación armónica y justa con bastante inteligencia. Eso hace que la madera del violín resuene mucho más, dándonos la impresión de que suena el doble. Eso si, el instrumento acompaña.




Mención especial merece Richard Lin que si bien no me pareció a la altura del resto, me conmovieron su integridad y profesionalidad. Juzgad como siempre vosotros mismos.



Os dejo, que en media hora empieza la recta final de esta eliminatoria.
Esta noche mas novedades.

viernes, 4 de mayo de 2012

3 de mayo de 2012. La Consonancia artística.



Uno de los mayores retos que se imponen en la labor de jurado –a mi entender-  es la capacidad de abstracción y la liberación de todo prejuicio a la hora de evaluar.

De ésta manera conseguimos introducirnos en la lógica de la propuesta del concursante sin atender a reminiscencias de cualquier índole. Esto requiere un esfuerzo ya que nuestro bagaje cultural, musical y hasta personal nos pone en jaque continuamente. El esfuerzo es además agotador puesto que hay que renovarlo con cada concursante y es aquí donde radica su dificultad.

Desde mi punto de vista el jurado debe tener unas premisas muy claras a la hora de evaluar (que no juzgar) que por supuesto no son de dominio público –al menos hasta donde yo se-. Así lo podemos observar en las oposiciones a orquesta (lo siento, pero tarde o temprano tenía que salir la comparación) en las que cada entidad busca un resultado diferente, un sonido distinto.

A lo largo de estos días he intentado hacer –con éxito en mayo o menor medida-  este ejercicio de abstracción y es a través del mismo que he llegado a la conclusión de que la herramienta  más útil para formarte una opinión objetiva (que poco me gusta éste término) es la búsqueda de la consonancia artística.

Demasiado a menudo se nos olvida que nuestra profesión forma parte de las artes escénicas y que como tal se beneficia de todos sus recursos expresivos  y se ve perjudicada por todas sus limitaciones. Y es que en nuestra educación musical digámosle oficial, dentro de ese despropósito llamado plan de estudios no se contempla ni de lejos la posibilidad de enseñar al alumno a manejar estos recursos.

Estoy hablando de la capacidad de interactuar con el público, de manipular sus sentimientos a través de la expresividad corporal, de la conciencia escénica, de la visualización espacial. Éste conjunto de cualidades que pocos músicos saben utilizar configuran lo que yo entiendo por consonancia artística y que puede utilizarse como ligazón que aporta coherencia interpretativa.

Desde esta perspectiva, tres concursantes del día 3 de mayo me llamaron la atención.

Matous Michal, hermano del boxeador del primer día nos ofrece una versión mejorada de lo que pudimos oír. No me entendáis mal, ambos tienden a la misma interpretación y de hecho imagino que estudiarán con el mismo profesor. Sin embargo Matous se aleja de las modas de las que hablábamos con una honestidad que raya en la inocencia, su brutalidad en la ejecución de Bach le lleva hasta el punto de romper tres o cuatro cerdas –detalles que sólo aprecias en directo- y sin embargo destila consonancia artística.
Todo tiene un sentido . Es como si al verle salir (alto, robusto, de mejillas sonrosadas y rostro compacto) no pudiéramos concebir otra manera de tocar para el. El capricho elegido es el 24. Poco más que reseñar además de una de las variaciones de pizzicatos más limpias en lo que va de concurso.



Otro de los concursantes que me ha llamado la atención es un griego con la doble nacionalidad rusa de nombre Arsenis Selalmazidis.
El caso de este violinista es realmente curioso. Comenzó con Bach y durante casi todo el Adagio tuve la sensación de que luchaba por contener los nervios de manera muy visible: cada vez que pasaba el arco le rebotaba en el centro. A medida que avanzaba la interpretación me incliné más hacia la teoría de que el arco que tiene no le acompaña en su técnica –los nervios eran demasiado intermitentes como para ser una constante- para terminar identificando que se trata de una sobrecarga de tensión (desconozco la causa) fácilmente identificable por la tensión de su mandíbula.
El caso es que es realmente un milagro que pueda tocar tensando como lo hace. Y aun así tocó uno de los caprichos más imaginativos que he oído.



El tercer violinista reseñable es un canadiense de ascendencia asiática llamado Nikki Chooi.
Poco que decir, si bien no es de los que más me gusto en ninguno de sus aspectos, es el perfecto prototipo de violinista que busca éste concurso a menos que los criterios estén cambiando realmente. A destacar un capricho 17 impresionante.



Mención  especial merecen tres violinistas asiáticas que van directamente al limbo: Kim Bomsori, Marisol Lee y Mai Suzuki.
La primera es la definición más precisa de violinista asiática: sonido cuidado, afinación casi imposible y expresividad aprendida.  El instrumento le acompaña. Sin embargo hay algo que destacó por encima de casi cualquier cosa y es la constancia TOTALMENTE regular a la hora de respirar emitiendo una especie de suspiro contenido, como estuviese sorbiendo una pajita. La regularidad de estos suspiros hace difícil la tarea de escucharla ya que es realmente molesto.
Es como cuando ves a un político en la tribuna del congreso de los diputados exponiendo un asunto y repitiendo de manera robótica un gesto concreto.
Todo esto le ha valido el apodo de “suspiritos”, no se si se oirán en el podcast pero os animo a disfrutarlos.



Marisol Lee me dio la impresión de que desequilibraba su consonancia artística hacia el lado exclusivamente trascendental. Y es que la música no está exenta de momentos de humor o ternura como os imaginaréis. De Marisol se puede decir desde luego que es una violinista solida y muy profesional, pero también se puede decir que esa concepción trascendental juega en su contra terminando por resultar un tanto manierista dentro de la concepción moderna por ejemplo de Bach llevando cierto fraseos al extremo expresivo.
Para Paganini sin embargo resultó sin duda muy virtuosa. Sin embargo su expresividad facial me dice cosas distintas de la música que toca.
Quizá aquí haya sido yo el que haya fallado en el ejercicio de abstracción.



Por último, Suzuky Mai  priorizó ante todo una estructura rítmica basada en la estabilidad que bueno, dentro de la monotonía trascendental del día aportó un poco de frescura, hay que concederlo.



Sin duda lo más interesante es observar las contradicción intrínseca a un arte escénico con una escalada técnica de tanta exigencia. Y hoy en día se rompen limites a pasos agigantados.

2 de Mayo de 2012 o la problemática de interpretar Bach en un concurso de estas características.


Existe una tendencia cada vez más generalizada que se inclina hacia la interpretación estricta de la partitura. Eso es innegable.

Conviene aclarar que por interpretación estricta de la partitura entendemos el estudio profundo en mayor o menor medida de las variables expresivas con las que trabajamos: agógicas, tempos, articulación, etc. con relación directa a su ejecución en según que épocas.

Es, además, una tendencia cada vez más aceptada y es que es relevante observar que si bien se contradice con ciertas tradiciones interpretativas –que no corresponde valorar ahora- como las de las escuelas rusa, francobelga, etc. son éstas mismas las que están abandonando sus paradigmas interpretativos (licencias expresivas) adaptándose a un mundo cambiante y probablemente cíclico.

Me explico: en un concurso de éstas características en el que la tradición puede llegar a ser más determinante que la creatividad me pregunto hasta que punto se puede considerar una moda peregrina (siempre hablando de décadas en términos temporales) a la que se acude hoy buscando destacar pero que mañana se dejará aparcada.

En cualquier caso, la interpretación historicista (llamémosle así en un consenso más o menos razonado) se está haciendo hueco hasta en un feudo tan intraspasable como el concurso Reina Elisabeth.  También puede encontrarse la explicación en cambios como la inclusión en el jurado de reputados músicos de cámara que sean más sensibles a éstas corrientes . Es cierto que hay círculos más permeables que otros.
En todo caso, ésta línea de debate se abre a colación de una tarde, la del 2 de mayo en la que hemos podido escuchar no una ni dos, sino hasta tres interpretaciones  en estilo barroco de Bach lo cual es más que reseñable.

La primera, de mano de Suliman Tekalli, asiático natural de Daytona, estados unidos que nos ofreció una interpretación majestuosa en su totalidad. Majestuosa desde el punto de vista global, es decir valorando tanto su presencia escénica como la coherencia de sus gestos en la propia interpretación.  Si bien es cierto que el control de sonido no era el mas óptimo, un poco sucio y duro y que el capricho (el 1 en este caso) no fue el más virtuoso, fue muy creativo en su interpretación aportando coherencia  y lógica armónica, permitiéndose ciertas licencias que llamaron la atención. ¿Puede pareceros un poco pretencioso a veces?


La segunda, a cargo del belga Marc Bouchkov. También comprometido con su visión en este casi hizo gala de una afinación impecable como pocas he visto hasta ahora. Probablemente no se aprecie como se hacia en la sala por una cuestión de armónicos, pero creedme que está un nivel por encima de muchos oídos hasta ahora. En paganini hizo una demostración de virtuosismo bien entendido no exento de momentos irregulares. En conjunto global es de mis preferidos hasta ahora.


La tercera viene del ruso Sergey Malov. Natural de San Petersburgo y un poco mayor que la media (29 años) supo utilizar esta baza en su favor. Sin duda es el violinista que más personalidad ha demostrado hasta ahora y que más controversia levanta siempre entre los más conservadores. En su caso porque tenía la primera ronda estudiadísima a nivel extramusical. Y es que no es fácil hacerse hueco entre 88 violinistas y el lo supo hacer de manera elegante y cretiva.


La primera licencia fue salir a tocar con arco barroco, licencia que si bien hizo su efecto de cara a la galería, no fue así desde el punto de vista técnico. Y es que un arco barroco tiene mucha menos superficie de cerdas y su combinación con cuerdas con entorchado metálico suele producir irregularidades en el sonido que ensucian el resultado. Sin embargo el objetivo está cumplido. Nos acordamos de el.
La segunda licencia consistió en enlazar el concierto con el capricho como si éste ultimo fuese la cadencia del anterior. ¿Un detalle sin importancia? Lo veremos el sábado. Yo apuesto a que pasa, juzgad vosotros mismos.

En el limbo en este caso se quedan tres violinistas: Yang Jung Yoon, con una interpretación contemplativa hasta el extremo. Escuchad si no su adagio de Bach y me decís (¿no es exageradamente lento?). 


Maria Milstein que nada tiene que ver con el legendario violinista, fue correcta y aunque hizo gala de cierta imaginación, no consiguió destacar al lado de los tres favoritos de la tarde. 


Y por último Jolente de Maeyer, compatriota belga como dice la presentadora, muy sólida y profesional, pero lamentablemente nada más se puede reseñar de ella si no su tenacidad y constancia ya que si no me equivoco es la tercera vez que se presenta al concurso.


No quiero dejarme en el tintero otro tema importante como habéis reseñado y es la necesidad de instrumentos de gama alta para un concurso de estas características. 
Pero de momento conozcamos más opiniones al respecto de Bach.

jueves, 3 de mayo de 2012

1 de Mayo de 2012, mi primera jornada.


Antes de comenzar con la primera entrada me gustaría daros cuenta de un suceso acaecido hace apenas una hora y media.

Esta semana de eliminatorias se divide en dos sesiones de tres horas aproximadamente, de 15:00 a 18:00 y de 20:00 a 23:00 horas. En cada pase tocan 7 y 6 concursantes respectivamente.

“¡Vaya mierda de horarios!” –pensaréis algunos-  “Una pausa de dos horas no es lo suficientemente larga para volver a casa ni lo suficientemente corta para esperar sin impacientarse” –rumiaréis otros-. Me podréis ver personificado en esos pensamientos.

Bueno a lo que voy, hace como una hora y media, en la primera sesión he tenido la fortuna de sentarme junto al que parecía ser el acompañante/padre/entrenador de uno de los concursantes de ayer.

Éste individuo, a la sazón francoparlante,  no ha parado de hacer comentarios despectivos y ruinosos sobre los participantes que iban pasando instando a su protegido, a la sazón pusilánime, a participar de tan repugnante comedia. Ha habido un momento en que tras la interpretación del nonagésimo Schumann de la tarde, se ha sacado unos clínex ofreciéndoselos al susodicho remarcando el aspecto tragicómico de la interpretación de la concursante.

De hecho , momentos después he tenido la fortuna de que me dirija la palabra porque no contento con la apestosa soberbia de sus gestos, ha tenido a bien compartirlos conmigo.

¿Por qué reseño este momento? Pues para que seamos todo conscientes de la repugnante  falta de respeto que se tienen entre ellos y del ambiente que rodea este “evento”.

Cabe destacar –para los menos informados- que en ésta primera ronda el repertorio consiste en una sonata para violín solo de J.S Bach, primer y segundo movimiento,  un capricho de paganini a elegir entre una propuesta de tres (por parte de los concursantes) y el primer movimiento del concierto para violín de Schumann.

En materia musical, el 1 de mayo fue un día interesante. Al menos más interesante que hoy. Tres violinistas merece la pena reseñar como candidatos a una segunda ronda y dos más merecen mi atención desde un punto de vista circunstancial. Del resto sinceramente no me acuerdo pese a que he tomado notas de manera meticulosa lo cual algo indica.

Simon Michal, un checo de 19 años que nos ofrece un combate de boxeo contra Bach. Y éste pipiolo imberbe es un peso pesado ¡No os quepa duda! Aun así, su interpretación no deja de tener una coherencia general (más adelante abriré una línea de debate sobre modas a la hora de interpretar Bach) y personalmente valoro eso por encima de casi cualquier otra cosa.
El capricho elegido es el numero 1 y no se queda atrás. Tal vez en este caso pasemos al full contact y es que tiene un arco que lucha por sobrevivir a sus embistes. De Shumann, la verdad no hay nada que me llamase la atención. Podría haber trascendido a algo más serio, pero se quedo ahí.


Narita Tatsuki es uno de los demasiados orientales que se presenta. Japonés para ser más exactos.
Lo curioso de este chico (que se puede extender a muchos concursantes) es que empezó con un Bach pobre, tímido, nervioso. Ahora bien, fue llegar Paganini (número 1 de nuevo) y cambio radicalmente su semblante. Se nota que es materia que domina. Que dominan todos. Algún otro día abriré otra línea de debate sobre las dificultades intrínsecas a según que repertorio.
Una vez terminado el capricho, su sensación personal debió de expresar algo así como: “Ahora sí”


El último violinista de la noche fue un argentino natural de Bahía Blanca de 22 años. Xavier Inchausti. Para mí el mejor. Templanza, imaginación y técnica en bruto, sin atrezzo. Interpretando el 2 de paganini (que para los que lo conozcan, sabrán que hay una diferencia sutil pero trascendental entre los caprichos del estilo 1, 5, 9, etc. y los caprichos del tipo 2, 6…) elevo el listón.


Mención circunstancial merecen Mari Poll, una violinista especializada en repertorio contemporáneo. Así lo confirman las obras elegidas para las sucesivas rondas y así también lo confirma su interpretación en la primera ronda. Parecía perdida… no, desorientada más bien.


Por otro lado Shin Hyun Su, coreana para más señas, me pareció competente y solida. Quizás demasiado para Bach si bien no tanto para Paganini. Me resultó particularmente molesto la manía de portamentar todo fraseo ligado. Me estoy dando cuenta de que es marca de la casa asiática. Todos lo hacen. Es increíble, no se de donde sacan la idea, pero es muy molesto.


La verdad es que estas dos violinistas se sitúan en el limbo de las inclasificables de cara al concurso. Aún no me he formado opinión.

Juzgad vosotros mismos.

Reflexión inicial


Un día después de que Iberia decidiese cuando empezaba el concurso para mí (éstas huelgas son harina de otro costal que no corresponde valorar aquí), me planto delante del ordenador tras haber escuchado mi primera sesión (la segunda en realidad) del concurso, haciendo la siguiente reflexión: ¿A quién le interesa esto? Me explico, en una primera ronda en la que 88 candidatos tocan lo mismo uno detrás de otro ¿Que puedo reseñar de interés si hasta yo mismo me saturo?

Si, definitivamente el proyecto precisa de una reestructuración. De ésta manera me erijo juez y jurado -¡por primera vez detrás de la mesa!- para comentar sólo aquellos que yo considere interesantes.

Es una medida un poco drástica pero dadas las circunstancias y la falta de flexibilidad que da no tener internet creo que será la mejor forma de estructurar la información.

Por otra parte me fío de mi olfato y me atrevería a aseverar que muchos de los que comente son firmes candidatos a una segunda ronda que se me antoja necesaria y refrescante como agua de mayo belga -esto cambia el significado del refranero castellano sustituyendo la necesidad por la constancia-.

Y es que he pasado de buscar cualidades musicales a simplemente dejarme influenciar de una manera más contemplativa. 

Supongo que serán fases. Pero bueno, sin más dilación me pongo  con el 1 de mayo.